Lo que iba a ser una operación redonda para el Ayuntamiento de San
Fernándo de Henares, de IU, y para 80 familias, terminó en pesadilla.
Una operación urbanístico-financiera diseñada por las autoridades
municipales para remodelar la plaza del municipio y las viviendas que la
rodean ha terminado en los tribunales. De momento, el Ayuntamiento está a punto de perder la titularidad de su elemento urbano más emblemático y los vecinos, sus casas.
En 2008, ciudadanos y políticos se felicitaban por el acuerdo logrado
para rehabilitar la plaza de España, rodeada de edificios del siglo
XVIII. Seis años después, los vecinos se sienten engañados, la sociedad
Plaza de España SL, creada para ese fin se encuentra en liquidación
y la plaza del pueblo junto con las viviendas, ya terminadas, a punto
de pasar a manos de Bankia, el principal acreedor de la sociedad con una
deuda acumulada de unos 60 millones. Los vecinos, mientras, observan
atónitos como la empresa, con un 49% de capital municipal
y un 51% de los propietarios de los inmuebles, se ha desmoronado y cómo
se aleja la recuperación de sus pisos, que aportaron al capital social
de la empresa.
¿Culpables? Para el Ayuntamiento, gran parte de la responsabilidad
recae en Woodman, la empresa que contrató Plaza de España por cuatro
millones para gestionar las obras, así como en Carmen Criado, secretaria
del consejo de administración y asesora del anterior alcalde, Julio
Setién. A finales de 2013, el Ayuntamiento presentó un escrito ante la
Fiscalía en el que manifiesta la posible existencia de “ilícitos
penales” en gran parte de las actuaciones llevadas a cabo por la
empresa.
Victoriano Cuesta, socio de Woodman, niega rotundamente esta
acusación y mantiene que Plaza de España se convirtió en una sociedad
instrumental del Ayuntamiento. “Somos los chivos expiatorios para
esconder que la empresa se ha utilizado por el Ayuntamiento para
acometer gastos diferentes al objeto con el que se constituyó la
sociedad”. Esta forma de actuar es la que ha provocado, dice, el
sobrecoste de la obra: de 54 millones a 94. También recuerda que a ellos
eran “asesores no gestores”. “Nunca hemos tenido ni voz, ni voto y
mucho menos capacidad para realizar pagos”. Y añade: “Era el alcalde de
entonces, Julio Setién, presidente de la empresa, y el consejero
delegado (Joaquín Martínez), a instancias de Carmen Criado los que
tenían esa competencia”. Para demostrar su buen hacer, esgrime que las
facturas de las dos constructoras que acometieron la obra (Ortiz e
Isolux) no se desviaron ni un céntimo. “Y esa era nuestra obligación”.
Entre los fondos que se habrían desviado a actuaciones no previstas,
se encuentra la compra de locales a la Empresa Municipal del Suelo
(EMS), que pasaba por problemas económicos, por tres millones más la
subrogación en la hipoteca pendiente de cinco millones. El PP se mostró
contrario a la adquisición. “No tenía ningún sentido más allá de
financiar a la EMS”, afirma Eusebio González, portavoz del PP. También
se encargó la construcción de un nuevo museo por 3,5 millones, el
aparcamiento subterráneo por 10 millones, la urbanización de dos calles
aledañas... “Es un suma y sigue” concluye.
Cuesta considera “vergonzoso” que con el tiempo transcurrido desde el
nombramiento de Moreno como alcalde, no se haya solicitado la toma de
las viviendas a las constructoras ni se hayan alquilado los locales.
Moreno relevó a Setién en la alcaldía tras presentar este su dimisión
en marzo de 2013. Además del puesto de regidor, Moreno pasó a ostentar
el cargo de presidente de Plaza de España. Hasta ese momento era
responsable de Hacienda. Moreno, que no quiere entrar a valorar los
comentarios de Cuesta, asegura que las decisiones sobre la sociedad se
tomaban en el ámbito empresarial mercantil de la empresa, que era
privado no público, por lo tanto, no tenía conocimiento de lo que
ocurría en su cargo de concejal. A pesar de que los vecinos ostentan la
mayoría de la sociedad, solo contaban con un representante en el consejo
de administración.
Por su parte, Carmen Criado se defiende y aclara que “era la
secretaria no consejera”. “Me dedicaba al día a día, el único que tenía
la firma era el consejero delegado”. “En enero de 2012 estaban acabadas
todas esas casas. Por lo tanto, sí existen bienes, lo que no hay es
liquidez”.
Fuente: El País